Impuestos a los ricos: lo que la economía aún no sabe y tu portafolio sí debe entender

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¿Tiene sentido cobrarle más a los más ricos? ¿Cuánto es “demasiado”? La economía no tiene una respuesta clara, y la política, mucho menos. Lo que está en juego no es solo justicia, sino crecimiento, innovación y, sí, tu portafolio.

Determinar cuánto se debe gravar fiscalmente a las personas con mayores ingresos siempre ha implicado tanto filosofía como economía. Es una cuestión compleja por naturaleza, y las recientes discusiones en Estados Unidos muestran claramente que incluso los expertos tienen dificultades para encontrar una respuesta definitiva. La reciente sugerencia del presidente Donald Trump de aumentar la tasa federal más alta de impuestos del 37% nuevamente al 39.6%—precisamente el nivel que él mismo redujo en 2017—ha provocado nuevo debate y confusión, no solo entre políticos, sino también entre destacados economistas.

Economía, ética e incertidumbre

Uno pensaría que los economistas, con sus modelos y datos, podrían ofrecer una respuesta definitiva sobre cuánto deben pagar los más ricos. Pero la realidad es otra. Las recomendaciones varían drásticamente: algunos proponen tasas altísimas —por encima del 70%— mientras otros, en casos extremos, han sugerido incluso tasas negativas, es decir, subsidiar a los más ricos si eso genera beneficios para la sociedad.

Esta aparente contradicción surge porque el debate no es solo técnico, sino también filosófico. Como mostró Sir James Mirrlees en su teoría sobre la tributación óptima, gravar demasiado puede reducir los incentivos para generar ingresos. Hoy, la evidencia sugiere que si el ingreso disponible de los más ricos baja 1%, su ingreso bruto apenas cae un 0.25%. Con este nivel de sensibilidad, algunos modelos justifican tasas cercanas al 70%, considerando todos los niveles impositivos combinados.

Sin embargo, el problema fundamental aquí no es exclusivamente matemático, sino filosófico:

  • Redistribución vs. innovación : Subir los impuestos puede parecer justo, pero ¿a qué costo? Si frena la innovación, el impacto negativo podría sentirse en toda la economía.
  • Eficiencia vs. equidad : Un sistema justo no siempre es eficiente, y uno eficiente puede no ser justo. Los economistas no se ponen de acuerdo sobre cuál debe pesar más.
  • Estabilidad fiscal vs. incentivos productivos : Gravar más a los que ganan más puede reforzar las finanzas públicas, pero también podría reducir los incentivos a invertir, crear empresas o empleos.

Incentivos y crecimiento económico: un balance clave

Un tema crucial, frecuentemente ignorado en los modelos clásicos, es el beneficio social derivado de la innovación empresarial. William Nordhaus, economista de Yale, estima que históricamente los innovadores han capturado solo el 2% del valor que generan. Este sorprendente dato indica beneficios externos masivos para la sociedad. Por lo tanto, impuestos excesivos podrían inadvertidamente frenar el dinamismo económico al limitar los incentivos para la innovación, piedra angular de la prosperidad en las economías de mercado.

Estudios recientes, incluidos los realizados por Charles Jones de Stanford y Stefanie Stantcheva de Harvard, han comenzado a explorar cómo la tributación de los ingresos más altos afecta la innovación. Estas investigaciones revelan efectos negativos importantes: impuestos elevados al ingreso personal y corporativo desalientan significativamente la innovación. Stantcheva además sugiere que incentivos específicos como subsidios a la investigación y desarrollo pueden mitigar parcialmente los efectos negativos, dando herramientas adicionales a los gobiernos para reducir el daño económico no deseado.

Perspectiva internacional: lecciones desde el extranjero

Cuando los líderes políticos confían únicamente en la intuición para fijar la política fiscal, pueden generar distorsiones que dañen la eficiencia económica. El modelo escandinavo ofrece una perspectiva práctica. Suecia ilustra cómo tasas moderadas de impuestos sobre ingresos altos, combinadas con altos impuestos al valor agregado (IVA), pueden generar ingresos robustos sin disminuir drásticamente los incentivos productivos y de innovación.

Curiosamente, la tasa máxima sueca del impuesto sobre la renta es muy similar a la estadounidense cuando se incluyen impuestos locales y estatales. La diferencia clave radica en su fuerte IVA del 25%—doloroso para los menos favorecidos, pero económicamente eficiente, ya que no desalienta significativamente la productividad. Este modelo permite redistribuir eficazmente mediante programas específicos de gasto, en lugar de recurrir a impuestos punitivos sobre ingresos altos.

Lecciones y precauciones para inversionistas mexicanos

Los inversionistas mexicanos pueden extraer importantes enseñanzas de este debate:

  • La política fiscal influye significativamente en la innovación y el crecimiento económico . Tasas fiscales altas pueden parecer socialmente equitativas inicialmente, pero llevadas al extremo disminuyen los incentivos para la productividad y el emprendimiento.
  • La eficiencia es crucial . Las políticas fiscales llenas de excepciones, subsidios o decisiones motivadas políticamente generan distorsiones y dañan la estabilidad económica a largo plazo.
  • Un sistema fiscal equilibrado brinda estabilidad . Las economías que combinan impuestos directos moderados con impuestos indirectos al consumo han demostrado consistentemente una mayor resiliencia, crecimiento económico acelerado y entornos más estables para la inversión.

Los inversionistas deben entender que, independientemente de preferencias políticas, una política económica sólida balancea la necesidad de ingresos fiscales con incentivos adecuados para la creación de riqueza. La complejidad inherente al tema evidencia por qué las respuestas simplistas o ideológicamente extremas generalmente fracasan.

Reflexiones finales

Mientras la ciencia económica no alcance un consenso claro, los políticos seguirán actuando guiados por sus instintos y conveniencia política. Por lo tanto, para los inversionistas mexicanos prudentes, permanecer alerta resulta crucial. Comprender las sutilezas fiscales—sus impactos económicos y sociales—es importante, pero gestionar el riesgo a través de la diversificación de inversiones es absolutamente fundamental. La incertidumbre alrededor de la política fiscal resalta la importancia eterna de mantener una cartera bien diversificada. Los inversionistas siempre estarán mejor protegidos cuando sus riesgos estén adecuadamente distribuidos entre distintas clases de activos, regiones geográficas y sectores económicos, protegiendo así su patrimonio ante volatilidades políticas.

Mientras el debate político sigue y la teoría económica no da respuestas claras, tú sí puedes actuar. La estrategia es simple: diversifica, mantén el largo plazo en mente y busca asesoría experta. Porque lo único más caro que los impuestos, es una mala decisión financiera.

  • “Economists are as confused as Trump about taxing the rich,”The Economist, 15 de mayo de 2025.
  • Mirrlees, James. “An Exploration in the Theory of Optimum Income Taxation,”Review of Economic Studies, 1971.
  • Saez, Emmanuel y Stefanie Stantcheva. “Generalized Social Marginal Welfare Weights for Optimal Tax Theory,”American Economic Review, 2016.
  • Nordhaus, William. “Schumpeterian Profits in the American Economy: Theory and Measurement,”NBER Working Paper No. 10433.
  • Jones, Charles. “Taxing Top Incomes in a World of Ideas,”Journal of Political Economy, 2019.
  • Stantcheva, Stefanie. “Optimal Taxation and Innovation Policy,”Conferencia John Bates Clark Medal, American Economic Association, 2025.
  • Base de datos fiscales OCDE, “Comparative Analysis of Tax Rates,”edición 2024.

Autor

Julio Cacho

Autor

Julio Cacho

Miembro de la Facultad de Economía en Rice University, especialista en inversiones cuantitativas y gestión de riesgos con más de 20 años de experiencia. Ha publicado diversos artículos en revistas académicas. Actuario y Economista (ITAM) con Doctorado en Economía y Finanzas por Princeton University.